Vinos jóvenes y añejos


Vinos jóvenes y añejos

En castellano se llama añada a la cosecha de cada año, especialmente en el caso del vino. La vendimia tiene lugar en otoño y el primer vino (también llamado «caldo») es el mosto de uva fermentado y encubado durante unos cuarenta días, con un grado alcohólico aproximado de 12 %, muy popular en el Aljarafe sevillano. Los italianos llaman al primer vino, “novello”, puede aparecer ya en noviembre, mes y medio después de la vendimia. El vino “novello” requiere una técnica particular de fermentación. Es muy oloroso y fragante y nada adecuado para el envejecimiento. En el hemisferio norte un vino deja de ser considerado joven el día 31 de agosto; fecha que se toma para computar la edad del vino. A partir de esa fecha el vino es del año pasado.

La añada es un referente importante en los vinos de mesa y suele constar en la etiqueta de la botella. En España, desde una orden ministerial de 1 de agosto de 1979 debe corresponderse con el de la cosecha al menos en un 85 %. El resto consiste en la adición de vinos de otras añadas, guardadas como reserva. La mezcla de vinos, que se suele denominar preferentemente con la expresión francesa “coupage”, es todo un arte. Con el “coupage” se pueden conseguir vinos muy uniformes a lo largo del tiempo independientemente de las diversas cosechas, si así se desea, o bien diversificarlos. Bastantes entendidos, no obstante admirar el arte del “coupage”, prefieren añadas sin mezcla alguna, con el resultado de que la diferencia entre las añadas buenas y malas es muy marcada; pero esas buenas añadas, por infrecuentes que sean, parecen compensar con creces los malos resultados de otros años. En Jerez ni siquiera se llega a señalar fecha de añada, como consecuencia del artesanal proceso de envejecimiento del vino usando caldo de varios años en criaderas y soleras. Solo cuando se entiende que una añada no necesita corrección ninguna no es mezclado y se marca con la añada concreta. Durante muchos años los vinos de añada de Jerez prácticamente desaparecieron del mercado, aunque actualmente el Consejo Regulador los ampara74​ y han empezado a comercializarse en el sector de gama alta.

Cuando los vinos comenzaron a comercializarse en botellas, se entendió que su vejez debía ser calculada por el tiempo que habían pasado almacenados en madera y no por el tiempo que hubiesen pasado almacenados en vidrio. El envejecimiento en madera elimina poco a poco el alcohol metílico que pudiera haber y la madera comunica taninos. Ello es relativamente exacto, si por envejecimiento se entiende un lapso de tiempo relativo al almacenamiento en madera. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en el caso de los vinos, a diferencia de lo que sucede con los aguardientes, un tiempo excesivo en contacto con madera resulta nocivo. Así lo hacía notar Alexis Lechine a propósito de los vinos de Rioja.

El artículo 8 del Real Decreto 157/88 de 22 de febrero (España) contempla lo que denomina la crianza por el sistema de añadas en el proceso mixto de madera y botella. “En todos los casos de crianza, ésta empezará a contar como mínimo —escribe Carlos Delgado—, a partir del 1 de enero siguiente a la campaña de elaboración”. Si se trata de tintos, “reserva” significa un mínimo de tres años en barrica y botella y un mínimo de doce meses en barrica. Si se trata de blancos o rosados significa mínimo de dos años en barrica y botella y mínimo de seis meses en barrica. Pero los consejos reguladores pueden subir el listón de envejecimiento en barrica. Así lo han decidido los de Rioja, Navarra y Ribera del Duero. en relación con la denominación “crianza”. En consecuencia, cuando llega al consumidor, lo certificado por el consejo regulador como “crianza” puede ser en realidad “reserva”, al haber completado su ciclo de crianza en botella. El resultado final es que el consumidor no sabe con exactitud qué periodo de tiempo estuvo en barrica un crianza una reserva y un gran reserva y desde cuándo dejó de estarlo.

El consumidor no tiene a su disposición una terminal para conocer lo que significa legalmente crianza, reserva y gran reserva en los diversos periodos de la historia legislativa española, con las correspondientes decisiones de los consejos reguladores, en relación con los vinos blancos y rosados de un lado y con los vinos tintos de otro. Incluso teniendo esa información, no logra conocer con exactitud más que aproximadamente el tiempo de permanencia en madera. La ley 24/2003 previó nuevas denominaciones para indicar la edad: roble, añejo, viejo, crianza, reserva y gran reserva. Son muy de agradecer las etiquetas que expresan con claridad. Vendimia: septiembre octubre. Barrica roble: 12 meses. Embotellado en diciembre de 2005. Variedad tempranillo, etc.