Vinos aromáticos


Vinos aromáticos

Desde época romana es usual aderezar los vinos con especias, hierbas y otros aditamentos. El más conocido y popular de los vinos aromáticos es el vermut, aromatizado principalmente con sustancias amargas, generalmente provenientes de artemisas. Pero los ingredientes de un vermut pueden ser más de veinte.

Existen vinos quinados, basados en la adición de quina, que se obtiene de la corteza de unos árboles pertenecientes al género Cinchona, denominación puesta por Lineo en honor a Ana Osorio, condesa consorte de Chinchón y virreina del Perú. Los vinos quinados son considerados medicinales. La farmacopea administraba la quina en forma de “enolito”; es decir, utilizando el vino como excipiente. De ahí han salido los vinos quinados, como el Santa Catalina, que tienen la reputación de abrir el apetito. Una cucharada de vino quinado se consideraba adecuada incluso para niños. El tal vino suele ser en realidad una mistela. El St. Raphaël es un vino quinado y de yerbas, hecho en Francia de 16 % Vol. Apenas se reconoce en esas bebidas el sabor a vino.

El vino aromatizado con jugo de regaliz era denominado en la época clásica romana vinum glycyrrhizites. En fin, las posibilidades de aromatización son múltiples.